Plagas urbanas ¿Quién conquista a quién?

El hábitat urbano es ideal para animales tales como cucarachas, roedores o palomas, el problema viene cuando los niveles de tolerancia se ven desbordados, convirtiéndose en plaga. Un ejemplo de ello es la presencia de aves en las ciudades que, aunque forman parte de nuestro entorno, no dejan de ser una plaga cuando su número supera los niveles de tolerancia.

El hombre es la especie que ha introducido mayores y más profundas modificaciones en el entorno con el objetivo de reducir riesgos y aumentar su bienestar. En el extremo de estas transformaciones están las áreas urbanas, cuyos espacios a su vez ofrecen grandes oportunidades a organismos inmigrados.

Las ciudades constituyen el Ecosistema Urbano por excelencia. Un ecosistema único y mayoritariamente artificial. El ecosistema urbano engloba una tremenda diversidad de hábitats, muy próximos entre si, que le confieren una evidente complejidad con unas características particulares como ser más cálido, con rachas de viento menos violentas, además recibe un 20% menos de radiación solar y se reduce la humedad relativa. Estos condicionantes físicos y los hábitos y costumbres humanos, configuran la esencia del ecosistema urbano, y son al mismo tiempo la razón que lo convierte en atractivo para otros organismos no deseados, con potencialidad de plaga.

Fuente: ANECPLA